La sociedad tiene la tendencia a relacionar palabra No con la falta de cortesía, pero el No de un niño podría alejarlo de una situación de peligro.
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Si un niño ha sido incentivado a decir NO sin ningún temor cuando no desea o sabe que no debe realizar alguna actividad, se podría librar de estar involucrado en una situación de peligro, un NO contundente ante una situación inesperada puede hacer la diferencia entre una tragedia y un momento de riesgo aislado.
Si a los niños se le enseña que está bien que expresen su deseo o no de realizar alguna actividad, se les está enseñando a reafirmar su autoestima y la seguridad en sí mismos, esto los estimula a construir su escala de valores y a convertirse en personas asertivas, se le enseña a escuchar su yo interior, a ser fieles a ellos mismos y sobre todo a no dejarse manipular, pues en su camino pueden encontrarse con líderes negativos ante los cuales deben imponer su criterio de manera tajante, ya que ningún referente en su imaginario debe hacerle cambiar su escala de valores.
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Por otro lado, la manera cómo expresar el No también es un tema importante, se debería tener en cuenta al otro en una situación cotidiana, y tomar los sentimientos del otro en consideración y para expresar su No de manera cortés. Se trata de eliminarle el carácter de rebeldía al No y atribuirle el valor de la asertividad.
Una idea para incentivar al niño a expresarse sin temores, es dejándole tomar algunas decisiones cotidianas, aquellas que no comprometan su integridad física ni que les permita eludir sus responsabilidades.
Es cierto que como padres queremos protegerlos las 24 horas del día, los 7 días de la semana, pero siendo consientes de que no lo podemos lograr, debemos darles herramientas emocionales para enfrentar su día a día, porque no controlamos el entorno, pero si influimos en cómo reaccionan ante diferentes circunstancias.[/ezcol_1half_end]